lunes, 14 de diciembre de 2009

sigo sin acostumbrarme a las mayúsculas


nunca he sido constante ni práctica,
ni tenaz,
ni eficaz,
ni diestra en estrategias.

me canso con facilidad,
cierro de un portazo
y me quedo dentro y sola;
incapaz.

la clausura dura tres días.
otros tres son de cura y reconciliación.
el resto del tiempo soy de sonrisa fácil.

hoy ha nevado en madrid
pero yo no lo he visto.

al mediodía
hice algunas fotos al cielo
y a los árboles de mi calle,
mientras caminaba;
empecé un libro con las manos limpias,
cociné con albahaca,
escribí a mi hermana,
compré cigarrillos.

quien me conoce sabe
que para mí comprar naranjas,
tender la ropa,
pintarme los ojos,
descalzarme...
no es otra cosa que comprar naranjas,
tender la ropa,
pintarme los ojos
o descalzarme...
y sin embargo, es pura ceremonia
de cuanto soy,
de que todo está bien,
de que estoy aprendiendo.

puedo tener las manos muy frías
pero han dejado de dolerme las muñecas.

jueves, 3 de diciembre de 2009

no se duerme igual, con la maleta abierta a los pies de la cama


A Pola Negri, desde pequeñita, le había gustado mucho bailar, pero cuando estuvo tan enferma de tuberculosis, no le quedó otra que dejar el ballet. Entonces decidió actuar, y consiguió ser una estrella del cine mudo. Tenía una cara muy exótica, dice en las enciclopedias... Su decadencia comenzó con el sonoro, resulta que no manejaba mucho el inglés, y tampoco gustaba demasiado con su acento polaco por montera...

Y yo algo quiero decir con todo esto,
pero no sé qué.
Que me apasiona contar historias de mitos muertos;
y que hay noches en las que me gustaría decir algo muy clarito sobre mi,
pero acabo hablando de Pola Negri.