hay un hotel cerca de mi academia.
me gusta mirarlo.
completamente blanco
con grandes ventanas como ojos.
doce habitaciones en cada una de sus once plantas.
132 historias que podrían suceder al mismo tiempo.
siempre quise vivir de hotel en hotel
como una especie de estrella desconocida
o escritora con seudónimo
que se encierra en habitaciones sencillas
para fumar y escribir.
otro de mis sueños pendientes es perderme
en algún lugar un par de meses
sola
con muchos libros.
no pensar en nada más.
no sé porque nunca lo hago.
pero ahora cuesta parar
con esta fuerza bruta que me arrastra
a dar cuerda a todos los relojes.
con hambre de noches sin dormir
y madrugadas hablando de la vida que nos espera
y las tormentas que nos dejaron temblando
pero a las que sobrevivimos.