jueves, 29 de octubre de 2009

retrovisión

Soñarme
en una casa flotante de cristal.

la atrevida luz
me abriga.

no existe
ese juego de rotundidad
que tanto me desconcierta.

la verdad
son espejos rotos
que me devuelven
una imagen
deforme
de mí.

paso de largo,
no miro
ni de reojo.

no hay fórmulas secretas
todo es evidente.

pasear sin arrastrar los pies,
con la cabecita loca
tan alta.



Hace tres años menos nueve días escribí todo esto, en aquel blog con pseudónimo que cerré cuando decidí abrir otras puertas. Uno puede hacer de su vida lo que quiera. Sin dar demasiadas explicaciones. No hay mucho más que pueda decir esta noche. Que todo es tan blanco como necesito que sea, y que las sirenas de madrugada me siguen encongiendo el corazón

jueves, 22 de octubre de 2009

Casi siempre llueve cuando un viaje nos cuesta

Quique González - La luna debajo del brazo




quizá cruzarme la chaqueta y encenderme un cigarrillo
es lo más parecido a una ceremonia en mi vida.
y lo demás...
eso que no se explica,
hilos, muñecas, zapatos, arena y paja.
el blanco de algunas flores amarillas,
un vestido que no es para mí,
y las cartas que ya no escribo.

a la Pizarnik
en realidad
no le gustaban las lilas.

Eso no le importa a mucha gente
pero a mí sí.

lunes, 5 de octubre de 2009

quiero aprender cosas sobre la luz


tengo un par de teorías prematuras que sobrealimentar
y un único pálpito.

soy más de lazada que de nudo,
por mucho miedo que me arañe la garganta
sufriendo porque me caigo.

pero...
recuérdame que amarre bien las cuerdas
no quiero seguir perdiendo camisones
en las terrazas de cualquier nadie.

jueves, 1 de octubre de 2009

a veces me dan ganas de entrar en los bares y que me griten como a Elvis



hay una tienda de máquinas de coser muy cerca de mi casa,
de estas modernas, pequeñitas, blancas.
yo me paro en el escaparate,
inclino la cabeza hacia un lado,
y entonces me imagino que alguien me la regala
y me pongo muy contenta.

eso también me pasa en la tienda de las pestañas postizas
y en las papelerías.

cuando era pequeña,
envolvía las cajitas que encontraba sin nada dentro.
le dedicaba mucho tiempo.
la parte de abajo de una manera, y la tapa de otra.
le pegaba plumas, o piedrecitas, o caramelos.
no sé por qué he dejado de hacerlo,
con lo que me gustaba regalar aire.