hay árboles en mi calle
y bancos de madera
y niños que incluso molestan a cierta hora de la noche
jugando,
libres.
hace unos días dudabas si ya había empezado el otoño
porque las hojas comenzaban a caer,
doradas,
como la luz a las 19.37 de la tarde
cruzando el balcón
y colándose hasta mi cama.
ya tengo manos de adulta.
las miro,
las examino:
un par de lunares pequeños.
un arañazo.
piel y más piel que siente el tiempo
que siente tu piel
y el aire de tu vuelo.
puedes darte cuenta en un segundo.
salta la chispa.
estás viva
amas.
vives.
extraordinario.