domingo, 1 de mayo de 2011

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Erich Hartmann/Magnum Photos

ahora que me siento a solas
que escribo de madrugada
que no tengo nada que decir,
sé que las cosas laten más fuerte...
como los poemas de ese señor que por la latina
te escribe rimas y piropos
a cambio de unas monedas.

la calle está llena de artistas
y las galerías de arte, de payasos.

qué libre se siente una a las dos de la madrugada,
sin vigilantes ni espectadores.
puedo decir tonterías,
o hablar de tu piel como si no fuera un secreto,
ahora que tú eres tan tú delante mía
entre mis manos
desnudas,
ni tic ni tac
ni guerras ni barbaries...
sólo el mar y el faro,
y la isla que no bautizamos
porque no nos da la real gana.

las tormentas cesan de golpe
si los libros se vuelven voz,
si nos queda san francisco y las aldeas,
si seguimos descubriendo calles
caminando por madrid.