jueves, 27 de septiembre de 2007

acuerdos

Bessie Smith ha llenado de humo la habitación

con su Blue Blue.

Mi pie derecho golpea descalzo

el mármol oscuro del suelo...

podría estar

¿qué sé yo?

en algún lugar sin nombre

que sólo existe en la cabeza de personas que

se lucen perdiéndose con un mapa

en la mano.

"Pero el tiempo no existe

y tienes prisa..."

decía acertado Ángel González

o lo decía yo

porque le presté mi boca

y mi voz

para susurrarme palabras de consuelo.

Anoche le permití al insomnio

que me velase el sueño

no andamos como para desdeñar compañías.

Hemos hecho un trato:

él no me toca los pies

ni me sopla en los oídos

y yo le acaricio el pelo hasta que me duerma.

lunes, 17 de septiembre de 2007

secretos



"La gente sin imaginación cree que los demás también llevan una vida mediocre"

E. VILA-MATAS


-
'Nicolás llora lágrimas muy dulces' - piensa Elsita- 'debe ser porque nació muy lejos del mar y no conoce el sabor de las olas'. Lo descubrió aquella tarde al besar las mejillas de su amigo, intentando consolar su pena de niño asustado.

Elsita pasaba muchas horas en casa de Nicolás, y con el tiempo había aprendido a descifrar las miradas de aquel niño tímido de ojitos color canela. Algunas tardes ni siquiera se dirigían la palabra. Disfrutaban de su compañía y respetaban el silencio del otro. Entonces aparecía en el cuarto de su hijo la hermosa señora Ruth, como escapada de un cuadro de Sorolla, casi siempre vestida de blanco. Era el momento en que Elsita inventaba conversaciones con las que esconder a la madre de Nicolás que hay tardes en las que su hijo está muy triste.

'Me ha contado Nicolás - comentaba vivaracha Elsa - que esta noche soñó con un gran barco pirata, que cruzaba la ciudad y todos salíamos a fotografiarlo... que raro, verdad Ruth? como vamos a quedarnos tan tranquilos si vienen los piratas...?'

Elsa notaba como Nicolás le daba las gracias con los ojos y a ella le bastaba. Por eso inventó conversaciones, tardes enteras... inviernos completos para la señora Ruth. Y es que desde que su pequeño se puso enfermo a penas salía, y siempre estaba pendiente suyo, haciéndole cariños y regalos.

En ese tiempo, Nicolás se hizo muchas promesas. Se prometió a sí mismo que el día en que se recuperase, le tocaría contar a él una gran historia, en la que el final feliz sea enterito para Elsa.. Pero mientras tanto le cambió el sabor a su llanto, para regalarle lágrimas dulces a cambio de historias y secretos.

jueves, 6 de septiembre de 2007

la cara B de mi espectáculo


Tuve fiebre aquella noche
En la que volví a soñarme
trabajando en el Circo.

Clara sabe
Que hace tiempo escogí el papel
De Equilibrista Ecuestre,
aunque de caballos entienda poco o nada,
es mi sueño
y yo elijo.

Con el tiempo tengo la sensación
de ser cada vez más caprichosa,
Y sobre todo,
Impaciente en extremo.
Me estarán inflando el ego
Aquellos que confían en mi
Ciegamente…

Vivo de nuevo una etapa de inestabilidad,
Deberían inyectarme en vena
Dosis altas de biodramina,
Ando mareada
Y no atino con el galope,
Tampoco con las posiciones.
Sería peligroso subir al caballo en este estado.

O dejo que el animal me lleve
O suspendemos la actuación
Por la de la Mujer Barbuda
O el Hombre Bala.