jueves, 8 de noviembre de 2012

no vuelvo original, pero es noviembre


otra vez las ganas de
escribir. 

como de fumar o  de subir a una azotea.

sin televisión que suene de fondo
ni lluvia
ni cafetera silbando en el fuego, 
una se pone a prueba.

leo historias de cuando Joyce era un crío
y el bus se llena de esa niebla
que imagino
baña Dublín por las noches.

he perdido la cuenta de las ciudades a las que me imagino llegando con maletas.
he perdido la cuenta de las llaves que llevé en el bolsillo,
de los ritos antes de subir la escalera,
de las ventanas que dejé abiertas para sentir
el frío azul
cuando amanece

llévame a una ciudad donde podamos bailar por las noches,
caminar borrachas por la calle,
comprarnos sombreros como los de Nora Barnacle,
cambiarnos el nombre para los desconocidos.