
Hace años mandé un telegrama.
Lo hice sólo una vez.
Fueron cuatro palabras
y sé que no las voy a olvidar nunca.
Es curioso,
hay otras miles de millones
que ya no están por ninguna parte.
Se me dan bien los mensajes cifrados.
Me gusta hablar en clave.
Cuéntame un secreto,
que podré referirme a él sin frenarme
y nadie logrará descubrirlo jamás.
Ya verás...
Ponme a prueba.
Los árboles de mi calle
vuelven a tener hojas verdes.
'Hace tres años...',
'dentro de dos meses...'
No.
No quiero hablar del Tiempo esta noche.
Cuando me quedo sola,
me concentro en respirar,
en no atragantarme con todo cuanto me queda por decir.
Me miro las manos despacio.
Me muerdo los labios.
Pienso en la respuesta correcta.
La justa y la inversa.
Mis recuerdos me traen palabras de la mano.
Limpitas,
con carita de sueño.
Lo que dolió ya no duele
y en el camino
he ido descubriéndome a golpes.
Es ahora cuando lo entiendo todo mejor.
Puede que sea la única
de puertas hacia adentro.
No me importa.
Dejé abierto.
__
Es tarde.
Me espera Sebastian con su mejor traje.
Buenas noches.