yo nunca había pintado mujeres con café
hasta ayer a media tarde.
mis manos no entienden de pinceles,
ni lo pretenden.
mi manera de mirar, tal vez,
es una forma de lectura
y no sé hasta que punto
puede llegar a ser incompatible
con los lienzos.
en realidad, no puedo asegurar nada.
me paso la vida acercándome a todo
como si fuera la primera vez.
excepto algunos días en los que me puede el cansancio
y de repente
todo se gasta y pierde brillo,
siento mucho más contaminado el aire de madrid
y las prisas me torturan el corazón y los pulmones.
esos días sueño con salir corriendo
y llevarte conmigo cerca del mar.
siempre me gustaron los personajes de los libros que
de alguna u otra forma
se permiten el lujo de huir.