lunes, 21 de enero de 2008

la relatividad de los castigos


(una servidora, hace unos 20 años, qué gusto para las gafas...)

Hoy el pequeño E. me pegó en la frente la etiqueta de unos calcetines.
Le pregunté por mi precio,
y me dijo con los ojos como platos:

- Miiiiiiiillllll euuuuurossssss!!
- ¿mil?
- Sí, es tan caro que nadie podrá comprarte...

Ha sido lo mejor del día.
Así que voy a olvidarme del resto
que ya me hizo llorar bastante...

Mañana tengo cita en el oculista.
Quiero comprarme unas gafas verdes.
Pero no sé.
Últimamente no me hago caso
en nada de nada.

Recuerdo que de pequeña me encantaba ir al oculista
porque así faltaba a clase,
y un señor muy simpático
me echaba unas gotas mágicas en los ojos,
que ponían todo borroso
y me hacía llorar naranja.

Después me compraban un helado.
Y dejaban que fuera de los grandes
con dos bolas de chocolate.

Mi madre no podía regañarme si me ensuciaba la ropa
porque 'no veía bien'.
Y yo me aprovechaba de eso.

Ahora soy yo la que se regaña a sí misma.
Porque a veces no me porto bien
y me hago la tonta.
Pero conmigo es estúpido disimular.

Me pregunto si seguirá el mismo señor simpático
que me hacía llorar naranja.
Depende de como me porte conmigo
me compraré o no el helado.
Ya veremos...

18 comentarios:

Unknown dijo...

Pues un helado puede ser un buen castigo, en estas fechas de frejquín.

(Mil euros cuestas? En las latitudes por donde ando viviendo los extranjeros gastan muchísimo más dinero en mujeres! :P)

Unknown dijo...

(Uy, perdón... qué vulgar! :)

Pues sí que deben molar los oculistas, faltas de asistencia a clase "gratuítas" (eso con los dentistas no pasa, pagas con lágrimas de las incoloras)

Amelie Poulain dijo...

Cómprate un helado, mejor que sea de tres bolas, siempre debe de haber un privilegio por hacerse mayor, pero puedes seguir manchándote, hoy todo está perdonado.

A mi no me gustaba ir al oculista, mamá decía que si las usaba me las quitarían, pero siempre salía de allí escondida tras la montura y preocupada en volver a escuchar ese fastidioso "cuatro ojos". Hasta que conseguí resolverlo a mi manera; mientras mamá hablaba con el de la bata... yo iba memorizando todas las letras: arriba, abajo, a la derecha, 3, E... fuí mejorando año tras año, ahora ya sólo las necesito para ver la tele y yo nunca la veo ;)

Besos

38 grados dijo...

Si el niño no te quiere vender por algo será....seguro que tus pequeñas maldades son eso: pequeñas.
Y después del oculista regálate unos bombones, que ahora hace frío para helados...un beso.

mgab. dijo...

llorar naranja, todo un espectáculo, pero cálido, optimista... nada que ver con los helados. estoy con 38 grados, mejor unos bombones.
los helados, resérvatelos para cuando llores azul, ya sabes, el blues, el spleen, esas cosas "moroses" de la vida...

me encanta la frase del pequeño E.: este niño promete...

Anónimo dijo...

jejejeje, vaya qué cumplido! si es para enviadiarte niña. helado de chocolate... será el sabor de este día.
beso

Fernando García-Lima dijo...

Haaalaaaa, ¡yo quiero de esas gotas! A ver si me hacen ver la realidad de otro color...

Besos color mandarina

Anónimo dijo...

Yo tengo unas gafas verdes para ver de cerca, y otras violetas para ver de lejos. Los alumnos no están ni cerca, ni lejos, sino a una distancia prudencial para que mi verborrea -cuando hablo de Lorca, sobre todo,- no les aturulle demasiado.

Cómpratelas verdes, anda. Y ni se te ocurra quitarte el precio. Que vea el gobierno que el IPC nos afecta a todos. Mil besos, poeta.

Carmen dijo...

Musaranya en realidad lo que importaba no era el helado, sino que me mereciese o no la recompensa. Era doble castigo, o doble recompensa. Porque si me porto bien conmigo, además, tengo premio. Si me porto mal conmigo, además de joderme, me castigo por imbécil.... tal vez deba ir al psiquiatra... el pequeño E. me quiere infinito, que me lo dijo una tarde. Lo que pasa que a veces se le olvida el valor de los números grandes. A mí me pasa igual. Y ojalá nunca le interese hablar de millones y cosas así... los hombres que creen que todo se compra no valen nada. Nada de nada. Qué a gusto me quedo al decir ciertas cosas... Un besote

Carmen dijo...

Amelie Poulain no hubo helado :-( aunque reconozco que no me he portado mal del todo hoy. Por eso esta tarde me he comido una tonelada de pasteles de chocolate, cubiertos, rellenos, bañados de chocolate... qué bien que entiendas que hoy necesitaba que todo estubiera perdonado. Privilegios por hacerse mayores... puede ser. ¿Sabes porqué yo no odio ir al oculista? porque de pequeña yo iba cada cierto tiempo pero nunca me pusieron gafas. De hecho no las llevé hasta el instituto y casi por coquetería jajaja mi madre era una obsesiva de las visitas periódicas a todo tipo de especialistas. Así salí de hipocondríaca jajaja así que tramposa, niña lista... me gusta :) la tele? mejor no mirarla mucho, haces muy bien. Un besazo

Carmen dijo...

38 grados :)) el pequeño E. me mira con muy buenos ojos, que para eso le llevo contando cuentos toda la vida y ahora le enseño las tablas de multiplicar. Dice que su preferida es la del 0, que no tiene que pensar ni nada :) presiento que será de letras, como una servidora jajaja bombones no, pero pastelitos ricos, un surtido para princesas. Hoy sin embargo no hizo frío, hizo un día de primavera... yo enseñé hombros, y eso que soy de las fanáticas de la bufanda :) Un besito.

Carmen dijo...

Jin ayssss pues sabes? ya no estaba el señor simpático que yo recordaba. Me cambiaron el oculista. En su lugar pusieron a un cubano que no sé cuando habla en broma o cuando habla en serio. Y siempre me reía cuando no tocaba, y metía la pata... quizá por eso no me hizo llorar naranja. De hecho intentó hacerme creer una historia sobre los motivos por los que me echaba esas gotas, decía que era para que el ojo dejara de trabajar un ratito y así saber mis carencias visuales. Yo no le he creído claro. Sé que esas gotas me las ha echado para cambiarme el color de los ojos, negros negros, y hacerme llorar por los pasillos de la clínica, y que la gente me mirase pensando: 'pobre chica, qué le habrá pasado? penas de amor?...' :) Un besazo dulce jin

Carmen dijo...

aylén y es que seguro que tú eres como yo y piensas que el sabor del chocolate del helado de dos bolas es mejor que ningún sabor a chocolate... :))) me quedo con las ganas, vaya si me quedo con las ganas... Un besazo preciosidad!

FER :)))) aysssss pues ya no quedan. O a lo mejor sólo se las echan a los que no miden más de metro y medio... yo me quedé con las ganas. Lloré de lo más vulgar, con lágrimas incoloras... en fin... un besazo, color color... chocolate, vainilla, pistacho...

Carmen dijo...

AviAdorA de metAl. andaaaa... ahora entiendo porqué una profesora que tuve en el instituto llevaba siempre unas gafas en la cabeza y otras en el escote. Y pocas veces usaba alguna de ellas... sería eso. Esa distancia incierta que guardaba con nosotros... sí, debía ser eso... Y sabes? al final no me hice caso... ya lo avisé, estoy de un rebelde conmigo que ni me aguanto. Rojas. Rojas-medio-moradas de frente, y patillas rojas-muy-rojas. En realidad no sé muy bien si me gustan o no. Tampoco sé si me quedaban bien. Esta mañana fui a la óptica con las pupilas del tamaño de una paellera para 15 personas, y no veía ni torta. La chica que me atendía tenía una voz bonita y me decía que estaba guapa... pero yo tengo una teoría acerca de lo poco que puedes fiarte de l@s dependientes, taxistas y peluquer@s. Razones tengo, pero darían para 10 post... en fin. Lorca dices? ahí arriba colgué un cachito-enorme que me encanta... Un besazo aviadora valiente

begusa dijo...

es curioso cómo me quedé con los bollos blanditos que me compraban cuando salía del dentista de que me arrancara un diente... o de los cuadernos de dibujo que me regalaba mi padre cada vez que me pinchaban esas (ahora ilegales) inyecciones que me dejaban sin andar... o de las veces que me libré de exámenes porque... esas gotitas naranjas no me dejaban ver... ^^
y sin embargo, me cuesta sentir el dolor de los pinchazos, de la cara dormida y el no poder cenar la noche del dentista.
pero sabesq ué? la vida así es más bonita

Carmen dijo...

begusa, qué bello y qué mágico tener tantos recuerdos buenos, de las recompensas después de los castigos, cuando éramos crías, no crees? Un besote

claradriel dijo...

Qué bonito.

Pero no te engañas, es como taparse los ojos en una peli, y ver por las rendijas.

Protege del mundo.


=)

Carmen dijo...

Claradriel, al final no protege. Cubrirte con las sábanas no te salva de los monstruos, y cerrar los ojos no nos hace desaparecer...

pero es que estoy un poco triste,
hoy no quiero que me cuenten verdades
o me las creeré del todo y para siempre.

mi niña... un abrazo